Ahora, que la novela se venda ya es otra historia. Bien es cierto que la previsión de ventas que había proyectado en un principio se ha quedado corta, quizás porque era algo discreta-tirando a conservadora. Sacando pecho, tengo que decir que la novela ha llegado a posicionarse eventualmente en el segundo puesto de la lista de más vendidos en la categoría de "Ficción de vacaciones", y en el cuarto en la de "Ficción sobre la vida urbana". Toda una proeza, aunque al final haya sido un poco flor de un día. Porque, a partir de ese momento (ni un día entero duró el efecto), cada vez que miro las listas de ventas el libro se va despeñando más y más abajo, como aquel episodio de Los Simpson en el que Homer se cae por un precipicio. No estaría mal que viniera Fernando Simón, el epidemiólogo, a declarar que "Don nadie no va a tener, como mucho, más allá de alguna venta aislada", o que "ha llegado al pico de la curva de ventas".
De todas formas, este asalto a los primeros puestos del ranking de ventas no deja de ser una circunstancia meramente anecdótica. Podría tener un tío rico (no es el caso) que comprase cinco mil copias de la novela, lo cual ayudaría mucho, por qué no decirlo, pero tampoco contribuiría a generar un éxito orgánico. En el fondo, lo que más me interesa en este aspecto es ver qué aceptación tiene el libro entre aquellos/as que lo han adquirido. Solo si la acogida es buena tendría alguna posibilidad de desbordar el dique de mi entorno y conseguir un mayor alcance. La auténtica onda expansiva se produciría en cuanto empezasen a comprar el libro perfectos desconocidos (por el factor que sea) y les gustase lo suficiente como para recomendarlo a su vez en sus entornos. Igual son cosas mías, pero dudo que de primeras un extraño me compre un libro (encima autoeditado) porque sí, porque yo lo valgo, sin tener ninguna referencia de peso a su alrededor que avale esa decisión.
Por último, quiero agradecer sinceramente a todos los/las que habéis comprado el libro. Gracias, de corazón. También a los lectores cero que me habéis ayudado con vuestro feedback sobre las partes que os iba pasando (Mamiela, Purrum, Galia, Diego, Fred, Adriana, Eli, Mr. Rubenson, ...). A Galia por cederme un pedazo de su espacio para que pudiera escribir en un ambiente propicio y tranquilo, a Eli por ayudarme a modificar la portada del libro físico, y a mi madre, por estar ahí. Finalmente, no me quiero olvidar de todas aquellas personas que me han servido de inspiración para crear algunos de los personajes de la historia.
Sin más, aquí tienes la butaca de un servidor. Toma asiento y disfruta de la novela.