22 de noviembre de 2020

KACO FORNS: "Este es un mundillo muy pirata y cruel. En cuanto no estés a la altura, te sacará a patadas"

 

ENTREVISTA N.º 4


He considerado oportuno, de aquí en adelante, ampliar el espectro de entrevistados (y no centrarme solo en escritores/as) para dar algo de variedad al contenido. En esta ocasión, tenía ganas de abrir la mano a la comedia, un género que tiene el mérito de hacerle cosquillas al cerebro y del que a menudo disfruto siendo un espectador más. Por ello, qué mejor que empezar con Kaco Forns, ilustre cómico del paisaje patrio. De su trayectoria profesional, aparte de su faceta de monologuista (con la que se inició), cabe destacar sus trabajos como guionista en Sabías a lo que venías El Intermedio, con Santiago Segura y el Gran Wyoming al frente, respectivamente (ambos en La Sexta); en Late Motiv, con Andreu Buenafuente, en Movistar+; y, actualmente, en La Resistencia, el programa que presenta David Broncano (también en Movistar+). Además, Kaco es creador y presentador de Cofondecauch, un podcast que se emite a través de la plataforma Phi Beta Lambda Podcast en Youtube, en el que charra con personalidades, normalmente del círculo de la comedia, mientras se fuman unos buenos petas en un ambiente humeante y cubierto de tinieblas como de reservado chungo. Para mí es un obsequio que Kaco se siente en la butaca y amablemente se preste a dar respuesta a algunas de mis curiosidades.

V. V.: Una vez mi hermano me contó que él y su novia se encontraron casualmente con Robin Williams, el gran cómico y actor ya fallecido, en un restaurante de San Francisco, y que, tras saludarlo, este se fijó en la bufanda de pelo de camello que ella llevaba y se pasó como diez minutos haciendo chistes y gracias de camellos, desatando la carcajada de los allí presentes. Kaco, ¿es uno cómico 24/7?

K. F.: Conozco gente así. Cómicos que se bajan del escenario y siguen metidos en su personaje todo el día. Yo no puedo. Necesito ser persona de vez en cuando. Si eres cómico las 24 horas, entonces nunca eres cómico. Eres tú. Ser cómico implica tener un personaje que se diferencie de la persona.

V. V.: Eres prácticamente un cómico todoterreno. ¿Qué dominio tiene más mérito para ti por el trabajo que conlleva: el monólogo, el podcast o el guion de un programa generalista?

K. F.: Sin duda, el monólogo. No solo por la preparación del material, sino también por la ejecución. Es el Juan Palomo de las artes escénicas: todo lo haces tú sólo. Muchas veces, incluso, te buscas las salas y negocias el caché. Y si fracasas en el escenario, no tienes nadie a quien agarrarte o con quien compartir las penas. De un plumazo te conviertes en guionista, productor, actor y psicólogo.

V. V.: ¿Se puede alguien formar para dedicarse a la stand-up comedy o la vida misma te va llevando hasta los escenarios?

K. F.: Se puede. Y hay cursos y talleres para ello. Están muy bien para conocer técnicas y metodologías de escritura que, de lo contrario, tendrías que aprenderlas por ti mismo sobre la marcha y a base de ensayo y error. Así que con esto te ahorras mucho tiempo y disgustos. De todas formas, siempre digo que la mejor forma de aprender es escribirte todas las semanas 5 minutos de texto e ir a probarlos por todos los open mic que puedas. No solo te dará tablas, también contactos. Muy importantes en este business. Mi primer curro de guionista (con Santiago Segura) lo conseguí yendo a probar a un open todas las semanas y haciendo amistad con los cómicos que estaban siempre ahí.

V. V.: ¿Qué factor (sobre todos los demás) crees que decanta la balanza para hacerse un hueco en el show business: el gracejo, el trabajo duro o los contactos?

K. F.
: Seguramente acabas de describir el Megathor del éxito, porque con ninguna de esas cosas por separado triunfarás. Necesitas las tres. Conozco a cómicos que llevan años sin avanzar porque, aunque son muy graciosos, son increíblemente perezosos. Y sí, existe el enchufismo, y aunque no seas gracioso ni te lo curres, puedes tener el contacto adecuado que te coloque donde quieres. Pero eso ocurre pocas veces y este es un mundillo muy pirata y cruel. En cuanto no estés a la altura, te sacará a patadas y te dará con la puerta en las narices. También creo que es importante no autoencasillarse. No cerrarte puertas a ti mismo. Querer triunfar sólo de una manera: “O salgo por la tele, o nada”. No. Si eres cómico, tienes que ser capaz de generar comedia en diferentes formatos: stand-up; guion; actor; locutor… Cuanto menos diversifiques tus aptitudes, menos oportunidades estarás creando para ti mismo.

"David Broncano ha cambiado la forma de hacer TV"


V. V.: Has trabajado en el equipo de guion de El Intermedio, en La Sexta. ¿Cómo coño se inspira un guionista para aportar ideas nuevas cada puñetero día?

K. F.: Más que inspiración, necesitas información. Los programas diarios se nutren mucho de la actualidad y gran parte de material que se escribe viene de ahí. Para la otra parte más “de pensar”, como ideas para secciones, o acciones que se puedan hacer con los invitados, ya dependes de tu propia creatividad. Mi recomendación es que te empapes viendo programas de prime time y late night. Tanto los que se hagan en tu país como los de fuera.

V. V.: Trabajas actualmente en el equipo de guion de La Resistencia, en Movistar+. ¿Cómo se te queda el cuerpo cuando Broncano se pasa el guion por el forro y acaba hablando de lo que le da la gana en las entrevistas?

K. F.: Como guionista es una putada y puede llevarte a muchas frustraciones, pero hay que reconocer que Broncano ha cambiado la forma de hacer TV. En 12 años de guionista, jamás había trabajado para alguien que no quiere guion. Es verdad que el monólogo lo lee, pero el resto del programa, David solo sigue escaleta y se va encontrando con lo que pasa. Eso provoca errores, equivocaciones y falta de ritmo en muchas ocasiones. Pero justo eso es lo que ha generado un nuevo tipo de espectador, uno que no quiere tanta artificialidad en las formas. Un espectador que quiere naturalidad, libre albedrío e incluso caos, pero que a su vez es tremendamente fiel al programa.

V. V.: Cualquier persona corriente se pone un programa o un podcast de humor para desconectar, o se va a ver algo de comedia al teatro. ¿Qué haces tú para desconectar?

K. F.: Disfruto como un chancho tirado en el sofá fumando hierba, viendo series y jugando a la Play, aunque también hago cosas de persona que no da "ascopena": me gusta el ejercicio. Hacer pilates, boxeo, jugar al baloncesto (aunque ya menos)… y comer. Me encanta comer.

"todos los cómicos estamos hecho polvo y vamos bien cargaditos de equipaje emocional"


V. V.: ¿Has probado hacer alguna gilipollez solo por el hecho de tener material para poder contar después?

K. F.: No sé muy bien a qué te refieres, pero creo que no. Casi todo mi material viene de chistes que salen en conversaciones o reflexiones que hago sobre conceptos. Las ideas locas las dejo para La Resistencia (jeje).

V. V.: Si yo quisiera inspirarme en la figura de un cómico del panorama nacional para que protagonizara mi siguiente novela (aparte de ti, que creo que has tenido también una vida algo novelesca), ¿quién me aconsejarías que fuera?

K. F.: Uf, ni idea… Pero porque en realidad creo que todos los cómicos estamos hecho polvo y vamos bien cargaditos de equipaje emocional. Seguro que cada uno tiene una historia personal digna de una saga de novelas.

V. V.: Y ya para terminar, Kaco, ¿has leído últimamente algún libro o visto alguna peli/serie/documental que te haya llamado la atención y quieras recomendar?

K. F.: El último libro que me he leído me ha gustado porque es muy cómodo de leer, y muy directo y sintetizado en las formas. Además tiene un humor muy particular y a veces retorcido. Se llama Trenes hacia Tokio, de Alberto Olmos. Me lo recomendó mi amigo y compañero Dani Alés.



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1 de noviembre de 2020

GRETA ALONSO: "No hay fórmulas matemáticas, el lector no es idiota"


ENTREVISTA N.º 3    


El otro día me pasé por la Librería General de Zaragoza, no había estado allí desde que la trasladaron a la nueva ubicación de Plaza Aragón. Ahora tiene un aspecto más moderno, hay más espacio pero menos libros. Me recordó a esa moda culinaria de servir exiguas muestras de comida en platos gigantescos. El caso es que en uno de los expositores más visibles del local estaba El cielo de tus días (Planeta, 2020), la novela de Greta Alonso, a quien estoy encantado de tener por aquí. No puedo contar mucho acerca de Greta, pues de ella se sabe más bien poco. De hecho, Greta Alonso es el pseudónimo bajo el que, por circunstancias personales, decidió publicar su novela. Solamente muy pocas personas en su entorno saben quién hay detrás de Greta Alonso. Por la poca información personal que se puede encontrar sobre ella, se conoce que nació cerca del Cantábrico en los ochenta y que ejerce un trabajo en el sector de la ingeniería. También ha escrito cuentos y relatos cortos. Actualmente ha terminado ya de escribir su segunda novela, que probablemente saldrá a la luz en 2021, aunque aún no tiene título definitivo. 

De Greta me ha llamado la atención, aparte de su llaneza y cercanía, el gran salto que ha dado con su primera novela desde la ajenidad al mundo editorial hasta el sueño de publicarla nada más y nada menos que con Planeta. Además, me ha sorprendido ver en redes comentarios tan fervorosos hacia su novela; sin exagerar, en plan fenómeno fan. Es un gusto para mí poder conversar con Greta de esta y otras cuestiones.  

V. V.: Durante el confinamiento por la pandemia ha habido como dos tendencias diferenciadas entre la gente y, más concretamente, entre los artistas creativos: una más propensa a la productividad (muchos autores aprovecharon para escribir novelas enteras, relacionadas o no con la pandemia), y otra más infecunda, me refiero a aquellos que se vieron más atenazados por la ansiedad y el bloqueo creativo. ¿Cuál fue tu caso?

G. A.: Yo sufrí un bloqueo lector, era incapaz de centrarme en nada de lo que leía, pero sí que escribí bastante durante el primer mes. Luego lo dejé, pero no creo que fuera por el confinamiento. Suelo funcionar así, intercalo periodos de actividad intensa con etapas de descanso; y es entonces cuando suelen llegar las buenas ideas.

V. V.: En tu opinión, ¿cuál crees que es el estado mental más propicio para encontrar la musa? ¿Qué opinas del tópico de que "la necesidad agudiza el ingenio"? Y englobo en el término "necesidad" situaciones diversas, desde pasar penurias a tener que cumplir con unos plazos de entrega, por ejemplo.

G. A.: Como lectora, distingo un escrito que ha brotado de una situación que ha impulsado al autor a escribir con pasión, de un texto forzado, mecánico, fruto de la presión y del plazo de entrega. Escribir no es fabricar tuercas, si no se tiene nada que decir, ¿por qué hay que decirlo? ¿Por cobrar los derechos de autor? La necesidad no agudiza el ingenio, la necesidad provoca la proliferación de folletines literarios. Al inicio de la novela incluyo una frase de Tolstói: "No debería escribirse más que cuando se deja un jirón de la propia carne en el tintero".

V. V.: Hablemos un poco sobre novela negra, Greta. ¿Crees que se podría decodificar esa especie de fórmula mágica para escribir la novela negra ideal en una serie de claves y pautas? En definitiva, ¿existe una receta mágica para escribir un blockbuster o, en cambio, se debe la consecución de este fenómeno más bien a pura intuición creadora del autor?

G. A.: No hay fórmulas matemáticas, el lector no es idiota, y atiborrar la coctelera de ingredientes, y agitar, no es suficiente. Si fuera tan fácil hacerlo todo el mundo escribiría con cuatro reglas básicas. El libro necesita un alma.
  
"El seudónimo es un lastre"


V. V.: Hace un tiempo vi en Youtube una conversación entre Javier Castillo y Joël Dicker. Si no recuerdo mal, a la hora de acometer una nueva historia, el primero decía preferir tener cerrado de antemano un guion o escaleta con toda la información de lo que va a suceder en la historia, y el segundo se inclinaba más por dejarse llevar e ir construyendo la historia a medida que la escribe. ¿Cuál es tu metodología de trabajo? 

G. A.: Yo me dejo llevar. Hay unas ideas iniciales, pero los propios personajes, sus personalidades, me van marcando el camino, y voy descartando algunas de las escenas que había planificado en principio. En mi caso, es como si la historia la fueran escribiendo los protagonistas.

V. V.: Has publicado bajo pseudónimo por motivos personales. ¿Has aprovechado para crear un personaje desde el que poder añadir o abarcar otras facetas que no van tanto con tu personalidad real?

G. A.: Oculto muchas facetas de mi persona, muchos aspectos de mi vida, pero lo poco que muestro es real. Las imágenes, mis rutinas, mis aficiones y viajes: todo verídico. 

V. V.: ¿Suscita este hecho (el de publicar con pseudónimo) más atracción e interés entre el público -y no me refiero solamente a tus lectores- por el misterio que se genera en torno a la figura del autor? ¿No crees que cuando este se expone públicamente se rompe ese misterio e incluso puede caerse el mito?

G. A.: El seudónimo es un lastre; dificulta la promoción, y me cierra puertas, en realidad me las cierro yo misma, de cara a entrevistas, ferias, firmas y visibilidad. Pero en mi caso, tenía que ser así; me conozco bien, y de otra manera lo habría pasado mal.

V. V.: ¿Qué pasos seguiste desde que terminaste de escribir El cielo de tus días hasta conseguir publicarlo con la editorial más grande de España (Planeta)? ¿Te costó mucho encontrar agente literario? [La agencia que representa a Greta Alonso es Hanska, que también representa a otras autoras como Carmen Mola, por ejemplo]

G. A.: Tardé unos diez meses en escribir la novela, y tras seis enviando los primeros capítulos, a destajo, recibí una oferta de publicación por parte de una editorial; no diré cuál es por respeto. Me inquietaban las cláusulas del contrato, se me hacían farragosas, así que contacté con Justyna Rzewuska, fundadora de la Agencia Hanska. Cuando leyó la novela me dijo que era brutal, que podía aspirar al máximo. Fue ella quien hizo llegar el manuscrito a Planeta.

"Escribir no es fabricar tuercas. Si no se tiene nada que decir, ¿por qué hay que decirlo?"



V. V.: Entiendo entonces que la vía independiente de la autopublicación la dejaste como último recurso, ¿no? Decía Juan Gómez-Jurado, más o menos, que si lo que quiere un escritor es ser reconocido como una voz de autoridad en su campo debería tratar de publicar antes con una editorial tradicional, pero si lo que quiere es ganar dinero debería autopublicarse. Y claro, eso tampoco es fácil si no se ha logrado previamente lo primero. ¿Estás de acuerdo?

G. A.: No sé si estoy de acuerdo, porque nunca he autopublicado. Pero debe ser cierto si lo dice Juan Gómez-Jurado. No descarto la autopublicación en un futuro, haber publicado con Planeta no garantiza poder publicar siempre con Planeta. Personalmente, prefiero el respaldo de una editorial tradicional: yo no dispongo de tiempo para diseñar la portada, ni maquetar, ni trazar estrategias de marketing. Las editoriales tradicionales cuentan con profesionales estupendos que se ocupan de eso; y yo puedo centrarme en escribir. Tu pregunta me hace reflexionar: si se ganara tanto dinero con la autoedición, todos los autores consagrados, los "pata negra" se estarían autopublicando. ¿Les gusta perder dinero? ¿Por qué siguen confiando en editoriales tradicionales?

V. V.: No he visto los contratos de las editoriales con esos autores consagrados, pero estoy seguro de que cuando un autor llega a ese nivel y hace que la editorial gane mucho dinero gracias a sus libros, alcanza una nueva posición desde la que poder renegociar su contrato con la editorial, y a esta no le queda más remedio que pagarle un porcentaje mucho mayor de derechos de autor, porque aún así le sigue saliendo rentable.

G. A.: Será eso, lo desconozco. Acabo de aterrizar en el mundo literario. Cómo te digo, no descarto la autoedición, lo importante es que una novela llegue a los lectores.

V. V.: ¿Qué consejo le darías a un escritor novel?

G. A.: No estoy para dar muchos consejos, yo misma soy una escritora novel. Así que repetiré un consejo que me han ofrecido a mí: "No dejes de escribir".

V. V.: He leído que uno de tus autores preferidos es Wolfe, gusto que comparto contigo. ¿Con cuál de sus obras te quedarías?

G. A.: Con La hoguera de las vanidades, por el cinismo del protagonista y la crudeza con que dibuja las relaciones humanas.

V. V.: Y ya para concluir, Greta, ¿has leído últimamente algún libro o visto alguna peli/serie/documental que te haya llamado la atención y quieras recomendar?

G. A.: Me gustaría recomendar un libro: El hombre del traje gris, de Sloan Wilson. Trata de un tipo corriente que introduce una serie de cambios en sus rutinas; y a partir de ahí, empiezan a sucederle cosas extraordinarias.



Puedes encontrar más información sobre Greta Alonso en los siguientes enlaces:

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