18 de octubre de 2020

CLAUDIO CERDÁN: "Hoy día los que más venden son 'youtubers', así que calma"

 

ENTREVISTA N.º 2


El hecho de que el siguiente invitado a sentarse en la butaca viva en Suecia, con lo distinta que ha sido allí la gestión de la pandemia, ya daría para otra entrevista aparte. Me estoy refiriendo a Claudio Cerdán (Yecla, 1981), escritor de novela negra. Tiene nada menos que doce novelas publicadas (prácticamente, a novela por año de promedio) y tres premios a mejor novela negra del año a sus espaldas, amén de haber sido propuesto como finalista en otras seis ocasiones. El último de sus galardones es el Premio Negra y Mortal a la mejor novela de 2019 por Los señores del humo (Ediciones B), novela aclamada tanto por la crítica como por el público. Entre sus obras, destacan también en lugar preeminente El país de los ciegos (Ilarion Ediciones, 2011) y Un mundo peor (Versátil Ediciones, 2014). Sus libros se han publicado en España, Argentina, México y Francia, entre otros países, y además ha escrito guiones, dirigido cortometrajes y dibujado cómics. De hecho, actualmente está embarcado en un nuevo proyecto de cómic, Toxic Detective, con guion escrito por el propio Cerdán y dibujado por Sergio Carrera, que esperan publicar en los próximos meses. 

No cabe duda de que Claudio está curtido en el oficio de escribir, y de ello hablamos, principalmente, así como del negocio editorial. Ante todo, he de agradecerle la honestidad con la que ha contestado mis preguntas, aun a riesgo de que la entrevista haya quedado, a su modo de ver, algo pesimista. A mí me da francamente igual, porque corren tiempos que se van a llevar mucho misterwonderfulismo por delante, no vamos a ponernos ahora en plan negacionistas de una realidad que está ahí. Yo prefiero encontrar verdad en las respuestas, por cruda que pueda sonar. Y así ha sido.

V. V.: Claudio, ¿qué es lo que te mueve a escribir?

C. C.: Desde siempre he sentido la necesidad de contar mis propias historias. Escribir fue el medio, pero si hubiera tenido un gran presupuesto habría sido director de cine, o si supiera tocar un instrumento tal vez haría canciones.

V. V.: ¿Qué es lo que pretendes lograr cuando escribes? 

C. C.: Con mis novelas busco eso tan manido pero tan cierto de encontrar las historias que nadie hace. Trato de aportar mi universo, mis personajes, mis puntos de vista y ofrecérselo a los lectores de la mejor manera posible.

"Mi primer editor nunca me pagó" 


V. V.: ¿Sigues algún protocolo o tienes alguna especie de ritual a la hora de escribir?

C. C.
: Antes quizá sí, prefiero escribir por las mañanas y de tirones largos. Ahora escribo cuando puedo y lo que me dejan. Ando en mil cosas a la vez y el tiempo escasea.

V. V.: ¿Qué metodología sigues a la hora de acometer una nueva composición literaria? ¿Eres de los que prefiere tener cerrado de antemano un guion o escaleta con toda la información de lo que va a suceder en la historia o prefieres ir construyendo la historia a medida que la escribes y así dejarte llevar más?

C. C.
: Al escribir novela negra necesito saber cómo acaba, quién hace qué en cada momento, y para eso es imprescindible una escaleta. Admiro a los autores que son capaces de arrancar un libro sin saber el final, yo no podría. Eso no implica rigidez, si veo que algo no se ajusta a lo que tenía planeado, doy un pequeño rodeo y lo cambio. También me he dado cuenta que al tener un argumento ya desarrollado es mucho más sencillo escribir y evitar los parones, como hacer un pasatiempos mirando las soluciones.

V. V.: ¿Qué es lo que más y lo que menos te gusta del oficio de escribir?

C. C.: Lo que más, esos momentos mágicos en que todo encaja de forma aún mejor de lo que tenías en tu mente, y lo que menos corregir. Tengo la sensación de que nunca pararía de corregir, y se me hace muy tedioso. Soy incapaz de volver a escribir de lo mismo, ya no te digo releer.


"Eso de 'trabaja duro y lo lograrás' no es cierto, puedes picar piedra toda tu vida y no conseguir nada"


V. V.: Actualmente, Claudio, ¿vives de tus libros?

C. C.
: No tengo otro oficio, así que diré que sí. Pero envidio mucho a los que tienen 14 pagas anuales y un mes de vacaciones pagadas, la verdad. Yo puedo tener un muy buen año y al siguiente quedarme prácticamente a cero. Ahora mismo el cuerpo me pide estabilidad y la escritura es muy volátil.

V. V.: ¿Qué crees que hace falta para lograr éxito y reconocimiento como escritor?

C. C.: Primero, oficio. Hay que saber escribir un libro antes de publicarlo, y esto se consigue escribiendo, y escribiendo, y escribiendo. Segundo, suerte. Eso de "trabaja duro y lo lograrás" no es cierto, puedes picar piedra toda tu vida y no conseguir nada. Tercero, que la editorial apueste por ti o de lo contrario serás un escritor de catálogo. Hay un techo que no se puede romper si no te echan una mano. Salvo algunos casos milagrosos, esto es así. Y por último, capacidad para amoldarte. Hoy día son las editoriales las que te dicen qué escribir en lugar de que sea el escritor el que ofrezca sus libros. Suena raro pero todo va en esa línea.

V. V.: ¿Cuál es el mayor aprendizaje que te has llevado de tu carrera literaria?

C. C.: Que la figura del escritor y del mundo editorial tan clásica que tenemos todos en mente es una mentira. Mi primer editor nunca me pagó, los siguientes me dieron adelantos ínfimos, y ahora hay dos grandes grupos que lo controlan todo. Nada que ver con lo que se puede pensar desde fuera.

V. V.: ¿Qué sensación te queda al releer tus anteriores novelas?

C. C.: Evito hacerlo porque cambiaría mil cosas. Solo he releido Los señores del humo. De vez en cuando abro una página al azar y me encanta lo que veo. No me ha pasado con ninguna otra novela.

"envidio mucho a los que tienen 14 pagas anuales"

 

V. V.: ¿Has barajado alguna vez la posibilidad de autopublicar de forma independiente en vez de publicar con una editorial tradicional?

C. C.
: He recuperado alguna de mis novelas y las he subido a Amazon, como La revolución secreta. No creo que haya nada malo en esto. Además, ahora estoy embarcado en un cómic que he financiado vía crowdfunding. Como dice Sergio Bleda, si los editores no confían en los autores, los autores tendrán que convertirse en editores.

V. V.: ¿Qué consejo le darías a un escritor novel? ¿Le recomendarías por ejemplo buscarse un agente literario?

C. C.: Difícil pregunta. Le diría primero que se sacara una oposición, una que le deje bastante tiempo libre para escribir, que no dependa de las ventas para llenar la nevera. Nunca se sabe cuando vendrá la próxima pandemia y cerrarán las librerías. Después, que lea mucho. Un escritor que no lee se nota. También que controle muy bien el género que decide tocar, que sepa qué tono es el apropiado. Y ya con el libro terminado, que llame a todas las puertas que pueda, desde agentes a editoriales. También es aconsejable que busque a otros autores emergentes para intercambiar opiniones. A mí me preguntan a veces qué hacer para publicar, pero lo que yo hice ya no vale, han cambiado los tiempos y muchas de las editoriales que conocí ya no existen. Y, sobre todo, no obsesionarse con los libros. Hoy día los que más venden son youtubers, así que calma.

V. V.: Y ya para concluir, Claudio, ¿has leído últimamente algún libro o visto alguna peli/serie/documental que te haya llamado la atención y quieras recomendar?

C. C.
: Recomendaros La cordura del idiota, de Marto Pariente, que no deja de cosechar éxitos. Película, Origenes secretos, de David Galán Galindos, la tenéis en Netflix. En cuanto a series, estoy viendo Cobra Kai con bastante retraso, y respecto a documentales, La teoría sueca del amor, para que veáis cómo está el norte.


Como curiosidad última, le pregunto a posteriori, ya de coña, si no le zurró o algo al editor que no le pagó, y me dice no solo que no hizo nada semejante (obviamente), sino que encima aquel fulano escribió un libro y se lo mandó.


Puedes encontrar más información sobre Claudio Cerdán y su trabajo en los siguientes enlaces:

-Página web:

-Twitter: 

-Facebook:

-Toxic Detective:

11 de octubre de 2020

JOSÉ BOCANEGRA: "Con la editorial solo he pasado de yonqui a camello"


ENTREVISTA N.º 1


Bienvenidos/as a esta nueva sección del blog. Me apetecía darle vidilla con un viraje experimental hacia el formato de las entrevistas, un campo que siempre me ha interesado por el aporte que puede ofrecer el entrevistado (vinculado en este caso con la temática del blog) desde su sapiencia y bagaje vitales.

El primer invitado que se sienta en la butaca tiene nombre de pirata, y no sería difícil imaginar el logo de su editorial abanderando el barco. Me refiero a José Bocanegra (Murcia, 1977), escritor y fundador de la editorial independiente La Marca Negra Ediciones (junto a él, integra el proyecto F. J. Mompeán, desde 2015). He aquí un fragmento de su biografía:

"[...] se cría en un barrio de clase trabajadora en San Javier. Cursa la carrera de Filología Hispánica en la UM, financiándose los estudios con diversos empleos, como camarero o albañil. Al término de la misma, marcha al Reino Unido en dos ocasiones y reside en las ciudades de Blackpool y Londres. Su estancia en el Este de Londres inspira su novela corta Historia de una persecución, un relato lleno de simbolismo en el que entremezcla ficción y realidad aproximándose al género negro. En 2012 publica Noventa y nueve maneras de acercarse a un tigre, una propuesta entre poética y conceptual con ilustraciones de Mario Franco. En 2015 ve la luz Corralejo, una novela de viaje, esta vez de mayor extensión, en la que ensaya estructuras emparentadas con la novela autobiográfica americana y el New Journalism. Su última obra publicada es Vacas (road novel), se trata de una novela de carretera ambientada en un viaje por el Cantábrico durante el verano de 2017."

Antes de nada, tengo que agradecer la amabilidad y predisposición que ha mostrado José, desde el primer momento en que contacté con él, para atender la entrevista, y también por su rapidez en contestar mis preguntas (me revela, entre risas, que con el ruido de fondo infernal de un camión en la calle). Hablamos, entre otras cosas, de su proyecto editorial y de escritura. En definitiva, nos cuenta su interesante visión sobre cuestiones variopintas. 

V. V.:  José, ¿qué es lo que te lleva a montar tu propio sello editorial, La Marca Negra Ediciones?

J. B.: El deseo de publicar mis propios textos, unido a las dificultades iniciales de ser tenido en cuenta por el mundo editorial establecido, me llevó a la idea de la autogestión. Una vez creado el sello, decidí expandir ese yo a un nosotros. Embarqué a unos amigos en el proyecto y, un lustro más tarde, aquí seguimos. 

V. V.: En la web de La Marca Negra Ediciones (LMNE) decís que apostáis por el género narrativo, "con el deseo de hallar nuevas autoras y autores que estén decididas a desafiar las convenciones literarias". ¿Qué es lo que significa para vosotros "desafiar las convenciones literarias"?

J. B.: Lo convencional tiene aquí un doble sentido: por un lado, es convencional lo que no tiene nada de original o rompedor y, por otro, en un sentido más estricto, existe una literatura que podríamos llamar “de género”, que se ajusta a unas reglas, unas pautas, unas convenciones previas. Por lo tanto, nuestra apuesta sería por esa otra literatura, más marginal, que podríamos llamar “de autor”, una literatura que se atreve a ir más allá de determinadas convenciones y presentar una obra diferente y original.

"se puede dar el caso de que una obra comercial no venda nada y una obra independiente acabe en las listas de las más vendidas" 

V. V.: Decís también que vuestro deseo es manteneros alejados "de los géneros convencionales y de entretenimiento". ¿Crees que, en una obra literaria, el entretenimiento excluye por defecto otros factores o propósitos, generalmente considerados más artísticos, como la belleza o la reflexión? José, ¿sigue estando lo indie reñido con lo comercial? 

J. B.: Lo que descartamos es una obra cuya única función o cuyo propósito principal sea el entretenimiento de las masas. No quiere esto decir que estemos buscando obras aburridas, faltaría más. Pero es un hecho que existe esta literatura de entretenimiento, donde, por otra parte, hay grandes maestros. Por lo general, este tipo de obras requieren de ligereza y ritmo y esto conlleva a menudo el sacrificio de cualquier digresión o de cualquier rasgo que comporte cierta complejidad a nivel conceptual o estructural. En la literatura de autor, se permite una mayor densidad, el autor se expresa con libertad, porque su propósito es puramente creativo, no está al servicio del público o de las ventas. Estas obras, aunque a veces tardan en ser acogidas por el público general, son las que con el paso del tiempo suelen trascender. Entendemos por comercial un trabajo que se hace en función de lo que demanda el mercado. Y en este sentido, comercial es lo opuesto a independiente. Ahora, esto no significa que vaya a vender mucho: se puede dar el caso de que una obra comercial no venda nada y una obra independiente acabe en las listas de las más vendidas. La obra se define como comercial o independiente en el momento de su concepción y realización, no en función de la venta, que es un hecho posterior.

V. V.: ¿Qué obra de la literatura universal te habría gustado editar por LMNE?

J. B.: Manual para mujeres de la limpieza, de Lucia Berlin. Lucia fue alumna de Ramón J. Sender en la Universidad de Nuevo México (USA). Hizo de los avatares de su vida bohemia su material de trabajo. Su mirada, dulce y turbia a la vez, impregna de sensualidad y melancolía el mundo que la rodea. Es una autora que me fascina.

V. V.: Ahora que estás inmerso en este proyecto editorial, ¿tienes aparcada la escritura? 

J. B.: En absoluto, mi vocación principal es escribir. Parafraseando a Goytisolo, con la editorial solo he pasado de yonqui a camello. El pasado marzo publiqué Vacas (road novel), una novela que escribí durante el verano de 2017. Además, tengo una novela aún sin publicar que se titulará Zihuatanejo. Ambas son novelas de pequeño formato y corte experimental.


"A veces me canso de
los finales sorprendentes,
incluso de los finales"


V. V.: Me gustaría hacerte un par de preguntas sobre perspectiva narrativa que quizás pueden relacionarse con tu obra como escritor.
¿En función de qué eliges narrar en 1.ª persona o en 3.ª persona? ¿A qué renuncias en cada caso?

J. B.: En mis dos últimas novelas, empleo las tres personas: primera, segunda y tercera. Creo que la narrativa moderna consiste en gran medida en superar ese narrador omnisciente en tercera persona, aunque sin renunciar a utilizarlo en un momento dado, y abrazar la polifonía. La primera persona es más horizontal, cuenta el mundo desde una perspectiva humana con las limitaciones que ello impone. La segunda persona me parece muy interesante para algunos pasajes por su modo de involucrar al lector. Y, por último, la tercera persona permite un cierto distanciamiento. En última instancia, es el autor quien elige qué voces emplea y con qué propósito lo hace. Posteriormente, se puede comprobar si ha sido una elección afortunada.

V. V.: En el planteamiento de una novela, ¿crees que hace falta seguir una estructura clásica (introducción-nudo-desenlace) para llevar al lector de A a B?

J. B.: Decía un autor o un director de cine cuyo nombre no recuerdo que los tres actos siempre están presentes, pero no necesariamente en este orden. No sé si tiene razón, pero sí creo en cualquier caso que la teoría es posterior y no anterior a la obra. Es interesante ver qué desarrollo pide el propio texto. Me gusta mucho también la idea de obra abierta. A veces me canso de los finales sorprendentes, incluso de los finales.

V. V.: ¿Qué consejo le darías a un escritor novel cuyo deseo es hacer carrera literaria?

J. B.: Aquí vuelvo a recordar a Goytisolo. Él decía que existen dos categorías de autores: los literatos, que buscan hacer carrera y se preocupan por figurar siempre en lugar visible y acercarse todo lo que pueden a los focos, y los escritores a secas, que viven la escritura como una adicción. A los que quieran hacer carrera literaria no sé qué les aconsejaría, creo que no soy la persona adecuada para ello. A los adictos a la escritura sí que me arriesgo a darles un par de consejos. Cuando vayan a acometer una obra, que tengan claro cuál es el concepto sobre el que están escribiendo. Si tienen algún autor o autora de referencia, o alguna obra concreta, que se fijen en esos modelos. De la combinación de varios modelos emerge la obra personal y original. La literatura es una creación colectiva. Que no desarrollen más de lo necesario: lo bueno, si breve, dos veces bueno. Esto no significa que, si una obra les pide un mayor desarrollo, lo corten, hay que saber modelar la obra en función de lo que ella misma te demanda. Después de terminado el manuscrito, no está mal darle algo de tiempo para poder releerlo con ojos nuevos. Y si tienen la posibilidad de una revisión ortotipográfica y de estilo, que no renuncien a ella, puesto que siempre hay algún detalle que se les puede escapar. Por último, que participen de la comunidad literaria, publiquen poemas o relatos en tantas revistas como puedan y que crean en sí mismos y en su trabajo.

V. V.: Y ya para concluir, José, ¿has leído últimamente algún libro o visto alguna peli/serie/documental que te haya llamado la atención y quieras recomendar?

J. B.: Aunque ya tiene algunos años, mi serie favorita es Fargo, de modo que la recomiendo a quienes aún no la hayan podido ver. Una de las películas que he visto últimamente y me ha encantado es Too late, (Dennis Hauck, 2015). Me recordó a otras dos películas que amo: Buffalo 66 (Vincent Gallo, 1998) y Paris, Texas (Wim Wenders, 1984) En cuanto a libros, permite que barra para casa, ya que recientemente hemos fallado nuestro Premio Anne Bonny y ha sido otorgado a una novela genial. Se trata de Días Hábiles, del colombiano Óscar Campo Becerra. Una obra literaria por los cuatro costados que aborda la necesidad cada vez más ineludible de desarrollar lazos solidarios con nuestro entorno en esta sociedad tardocapitalista.


 
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